Tras contar mi triste episodio de la eliminación de la primera adjudicación por parte de la DUA, deberían actuar de forma consecuente y asignarme una plaza de discapacitados, que es a la que yo opto por su acto de negligencia. Bastante dura es ya la vida con una discapacidad para que te lo fastidien aún más, lo triste de todo esto es que como primera respuesta a este acto ruin fue intentar culparme a mi de lo hechos acaecidos. Una pena.