GENERAL Y GALICIA
Hola, amigos, acabo de enviar esta carta al director para La Voz de Galicia, con copia a la periodista que lleva los temas de Educación, abrazos
Un reconocimiento desde toda España para un hombre al que no conocemos
Estudiar Medicina hoy en día puede convertirse en toda una carrera de obstáculos. En este proceso difícil, un gallego cercano a la jubilación nos ha causado una impresión tan favorable a un grupo de padres asiduos del Foro Casi Médicos, que no hemos podido evitar sentirnos movidos a expresar un reconocimiento público a su labor.
El primero de los obstáculos a los que nos referimos empieza con la prueba de acceso a la universidad, conocida como EBAU. La nota de acceso es tan exageradamente alta que es difícil acceder a la primera en una Universidad cercana a casa. Pero la vocación de los jóvenes es tan fuerte, que están dispuestos a pedir la admisión en numerosas facultades de España, con la esperanza de poder acceder a la profesión con la que sueñan. Jóvenes brillantes con la ilusión de ayudarnos a todos cuando enfermemos, dispuestos al sacrificio y el trabajo duro desde el minuto cero.
Pero esto no es suficiente. Matricularse en las facultades de medicina de España supone hoy en día aprender el procedimiento de preinscripción de 17 comunidades autónomas diferentes, así como sus diferentes plazos de llamamientos, baremos diversos para las asignaturas que se tienen en cuenta, y distintas reglas de permanencia en listas de espera. Y esto es sólo el comienzo, porque posteriormente, en algunas comunidades autónomas el proceso continúa ya con procedimientos diferentes en cada Universidad, y en algunas de ellas, uno debe acudir presencialmente sólo para marcar una casilla en un ordenador en un proceso que no dura más de 5 minutos, habiendo sido convocado presencialmente el día antes. Además, las admisiones en una universidad pueden durar hasta finales de octubre, lo que hace que algunos estudiantes comiencen el curso con un mes o más de retraso, con la consiguiente repercusión negativa en sus posibilidades de aprobar, y ni que decir tiene que con grandes dificultades para encontrar alojamiento en buenas condiciones.
Póngase el lector por un momento en los zapatos de estos estudiantes y sus familias. No saber durante todo el verano, hasta avanzado septiembre u octubre, e incluso a veces más tarde, qué carrera universitaria estudiará tu hijo, si podrá ser la de la profesión soñada, ni en qué parte de España estará, el estrés financiero que supone estudiar fuera de casa, no poder programar el futuro de tu familia…Todo esto es causa de grandes niveles de estrés y frustración en estas familias. Y este estrés se ve aumentado cuando tienen lugar errores administrativos o informáticos, y uno debe reclamar rápidamente antes de que el muy corto de plazo de tiempo que se da termine por expulsarte del proceso sin remedio, como le ocurre a más de uno.
Piénsese también en el dicho popular, “la primera impresión es la que cuenta”. ¿Es esta la impresión inicial que quiere nuestra sociedad que nuestros futuros médicos se lleven del sistema de educación superior? Procedimientos anteriores a la era de internet, en una sociedad hiperconectada. ¿De verdad no es posible que se establezca un procedimiento único, con un baremo similar en todas las comunidades, que garantice la igualdad, y se resuelva de manera eficiente, pronto? En el MIR ya lo estamos haciendo. ¿Por qué no aquí?
En medio de la dureza de la situación, un profesor gallego de la Universidad de Santiago de Compostela, del que tirando del hilo hemos podido averiguar que es muy querido y apreciado en su entorno, ha causado un gran impacto positivo en nosotros, debido a su enorme empatía y generosidad. Durante los primeros días de agosto, un grupo de estudiantes que aspiran con gran ilusión a entrar en el Grado de Medicina en la Universidad de Santiago ha ido recibiendo notificaciones de admisión a horas intempestivas, a las 10 o las 11 de la noche. No pueden ustedes imaginar la alegría que comparten en el Foro Casi Médicos las familias por haber conseguido por fin parar la angustia, volver a poder planificar su vida en condiciones de normalidad, y sobre todo, el acceso a una carrera universitaria tan deseada.
Esta alegría ha sido expansiva y contagiosa, lo que ha hecho que algunos miembros del Foro, que no son familiares de los admitidos en la Universidad de Santiago, se hayan sentido movidos a escribir al correo de este profesor para expresarles su agradecimiento espontáneo. Las respuestas del profesor han terminado por desarmarnos completamente: “… intentaré agilizar el proceso lo máximo posible”, “Pretendo que los que estudien en Santiago no tengan que estar buscando residencia a última hora”, “Yo también le deseo lo mejor a usted y a su hija”, “Considero que no puedo estar de vacaciones mientras haya estudiantes que no saben lo que van a poder estudiar el próximo curso” … No me digan que no es para quitarse el sombrero.
Pero vayamos más allá e intentemos sacar una enseñanza más amplia de esta historia. ¿No es cierto que mejora enormemente el prestigio de la Universidad de Santiago que la “cara visible” que atienda este proceso tenga tanta sensibilidad con los problemas de los estudiantes? ¿No es verdad que lo mismo le ocurriría al resto de universidades de España si decidieran actuar igual? E incluso podemos dar un paso más e intentar extraer de toda esta situación una enseñanza universal: si un funcionario publico puede tener con estas acciones bondadosas y desinteresadas un impacto tan grande en tantas familias distribuidas por toda España, ¿cuánto no mejoraría el país si este comportamiento se pudiera replicar en todas partes?
Por todas estas razones, hemos pensado que el profesor Celso Rodríguez Fernández, Delegado del Rector de la Universidad de Santiago de Compostela, hombre bueno cercano a la jubilación, se merece el reconocimiento público de numerosas familias de toda España cuyos hijos luchan para convertirse en futuros médicos, ya que encarna la actitud de profesionalidad y servicio público que todos admiramos y deseamos que se generalice en nuestra sociedad.