Medicina engancha: eso está claro, pero hay tantas razones para estudiarla como especialidades después (Y cada especialidad tiene su fenotipo clásico...). Yo creo que estudié Medicina por cabezona, para demostrar que podía hacerlo, pero después lo que más te engancha, que es el trato humano (NO salvar vidas, sino sonreir al que está nervioso, explicar al que no sabe con palabras llanas, consolar a la familia de un niño que se ha muerto, dar buenas noticias al que las espera malas...) también es de lo que más herida sales.Salvar vidas, así, es un poco idealista. Sabed que generalmente cuando se salva una vida, el paciente está demasiado KO para saber quien lo ha hecho y jamás te da las gracias (o muy pocas veces), en cambio, cuando pierdes alguna, su familia te recordará siempre dandoles la mala noticia. Así que tenedlo en cuenta antes de entrar. Medicina es como la novia tonta, que no te deja hacer otra cosa y ocupará a partir de ese momento todos los minutos de vuestra vida (sobre todo cuando empeceis a hacer guardias). No quiero desanimar a nadie, pero sí tengan en cuenta que es un TRABAJO y que, cada día, pueden perder en él un trocito de alma.