Aquí no puedo plasmar todos los sentimientos que me impulsaron a elegir Medicina, pero lo intentaré.
Desde bien pequeña he sido muy curiosa. Siempre preguntaba el porqué de todo, leía las partes de ciencias de la enciclopedia, aunque no entendiera nada, pues deseaba, y sabía, que algún día sí lo comprendería. Ya en primaria, cuando la gente me preguntaba qué quería ser de mayor, yo siempre respondía "no sé qué estudiaré, pero algo de ciencias".
Aunque sepa que es imposible, pretendo conocer el porqué de todo, quiero saber por qué ocurre cada cosa del universo, del planeta... Por eso adoro hablar con alguien que sepa sobre el tema, que me aclare mis dudas y me explique las cosas porque, así, lograré comprender aquello que de pequeña miraba boquiabierta.
Así pues, en 3º de ESO me di cuenta de que no sólo quería estudiar algo de ciencias para saber cómo funciona el mundo, sino que quería ser médico porque, además, me entusiasmaba la idea de conocer cómo funcionamos nosotros mismos, la compleja máquina que es el ser humano.
Soy curiosa y, además, desde que era una enana tengo una inclinación a ayudar a los demás, me gusta ver sonreir a la gente (qué hortera queda eso xD), creo que incluso más que sonreir yo misma.
Paradójicamente, cuando de pequeña me preguntaban qué quería estudiar, mi madre contestaba "Lo que sea menos médico, ¡seguro! Que se marea cuando le pinchan"... Aun sigo mareándome cuando me pinchan, no lo puedo evitar, sé que no es nada, siempre lo he sabido, y jamás me ha dado miedo, pero me mareo, por más que quiera evitarlo. No obstante, no me causa mareo, miedo ni asco el tener que pinchar u operar a otras personas, pues no es lo mismo llamar que ir a abrir... Bueno, no me mareo ni me da asco ahora, ya veremos qué pasa la primera vez que me meta en un quirófano.
Creo, por tanto, que lo mío es vocación, así que me enfrentaré a los 6 años de carrera, al MIR y a lo que haga falta con tal de cumplir mi sueño, por más que la gente me diga que estoy loca.
Por más que lo he intentado, no he podido reflejar todo lo que siento, que hablando queda más bonito: la gente dice que se me pone cara de fascinada cuando hablo de todo esto, del porqué de mi vocación.