Hola,
La gente siempre va a dar su opinión sobre qué deberíamos hacer o no. Cuando se trata de tu familia o de personas que te quieren, la intención con la que lo hacen siempre es la mejor aunque no siempre los consejos son acertados.
En mi caso, las veces que dudaba de que me fuese a dar la nota para hacer Medicina Interna (que es lo que quería) y me intentaba autoconvencer de que Familia también me gustaba y que iba a ser muy feliz en esa especialidad, mi familia me preguntaba si estaba segura, me decían que no me creían y me preguntaban que por qué no repetir el MIR si no me daba para Interna en vez de "conformarme" con Familia. Y lo llegué a pasar mal porque sentía que si finalmente no podía hacer Interna y hacía Familia, todo el mundo iba a pensar que eso no era lo que quería, que había cometido un error, que había fracasado... cuando en realidad me parece una especialidad preciosa también. En fin, al final conseguí elegir Interna y no tuve que enfrentarme a esa situación, pero se que habría sido algo muy difícil.
Normalmente cuando quienes te aconsejan no tienen mucha idea sobre Medicina (en mi familia por ejemplo no hay más médicos) te aconsejarán o bien que hagas la especialidad que a ti te va a hacer feliz, sea cual sea, o que elijas una con mucho prestigio. Sin embargo, cuando quienes te aconsejan saben un poco de qué va todo esto (y ya son algo mayores) te aconsejan que hagas una especialidad que te permita vivir bien y muy cómodamente (especialidades sin guardias o sin guardias presenciales, especialidades con poco o ningún trato con el paciente etc.). Y ¿por qué? porque asumámoslo: las guardias son extremadamente duras y estamos condenados a ellas durante muchos años, la relación con el paciente no siempre es todo lo buena que queremos que sea y hay ciertas situaciones de estrés en las que te puedes replantear mucho las cosas.
Esto no pasa (mucho) durante la residencia si has elegido la especialidad que querías. Sí, te estresas y sí, lo pasas mal en las guardias y hay veces que te replanteas todas tus decisiones hasta ese momento (principalmente cuando no puedes dormir en toda la guardia) pero se te pasa rápido.
El problema viene cuando ya llevas muchos años trabajando, cuando las guardias pesan más de lo que solían pesar, cuando ya no tienes la paciencia para tolerar según qué contestaciones o cuando estás tan cansado de luchar que empiezas a plantearte por qué te preocupas por X paciente si él no se preocupa por su propia salud. En ese momento empiezas a pensar que todo ese esfuerzo no está pagado y que habrías estado mejor si hubieses elegido una especialidad más "cómoda" (de hecho, muchos médicos, después de terminar una especialidad "menos cómoda" acaban repitiendo el MIR y hacen otra que les permita vivir más tranquilos).
Lo que quizás no entiende toda esta gente que nos aconseja por nuestro bien es que tenemos que hacer algo que estemos convencidos de querer hacer, algo que nos haga felices aunque al final nos demos cuenta de que nos equivocamos y de que habríamos preferido una especialidad en la que se viva mejor. Si no elegimos una especialidad que creemos que nos va a hacer feliz pueden pasar dos cosas: que nos enamoremos de la otra especialidad y sea la mejor decisión del mundo (fantástico y nos olvidamos de todo) o que la resintamos porque no es lo que queríamos hacer y por muy maravillosa que sea, no seamos capaces de ser felices en ella y siempre pensemos en qué habría pasado si hubiésemos elegido la otra.
Después de soltarte todo esta chapa mi consejo (como persona que no te conoce de nada y no sabe qué es lo mejor para ti) es que le des una oportunidad a la especialidad que has elegido, sin resentimientos y sin pensar en lo que pudo haber sido. Si después de darle la oportunidad te das cuenta de que te gusta o de que no te parece una tortura, termínala.
Si después de acabarla sigues pensando en Cirugía o Pediatría o cualquier otra especialidad, siempre estás a tiempo de hacer una segunda especialidad que te guste más y que te haga más feliz y si en un futuro te cansas de las condiciones de trabajo, tienes otra especialidad respaldándote para intentar tener una vida más tranquila.
Si a pesar de darle una oportunidad justa a esta especialidad (sea la que sea) sigues sin verle el lado bueno o sin verte en ella durante los próximos 4-5 años, déjala y haz de nuevo el MIR. Lo importante es tu felicidad. Si tu no estás feliz con tu trabajo, es muy difícil que hagas las cosas todo lo bien que podrías y eso repercute negativamente en tus pacientes (si es que tienes) o en lo que hagas en general.
Un saludo y ya nos contarás qué tal te va.