En la primera reunión de la renovada Comisión Nacional de Anatomía Patológica sus integrantes han elegido como presidente a Aurelio Ariza, jefe del Servicio en el Hospital Germans Trias i Pujol y catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona. Entre sus objetivos está conseguir el quinto año para la formación en la especialidad y redefinir los criterios de evaluación de las unidades docentes, entre otros.
Acaba de acceder a la presidencia de la Comisión de Anatomía Patológica ¿cómo lo afronta?
Con muchísima ilusión. Tras mis años en la presidencia de la Sociedad Española de Anatomía Patológica, poder cooperar ahora con el Sistema Nacional de Salud en la Comisión Nacional de la especialidad es un nuevo reto y una magnífica oportunidad. La disponibilidad y proximidad mostradas por la Dirección General de Organización Profesional al constituirse nuestra Comisión son las mejores garantías de un cuatrienio de trabajo eficiente y fructífero.
¿Qué objetivos se ha marcado en este nuevo cargo?
La Anatomía Patológica española se encuentra en plena efervescencia, muy bien posicionada en el ámbito internacional. En ese contexto, es fundamental la adecuación del programa formativo de la especialidad a las nuevas necesidades de la patología molecular y personalizada. Además de la elaboración del nuevo programa formativo, en el que un quinto año se perfila como necesario para dar cabida a todos los conocimientos, habilidades y competencias que un patólogo moderno debe poseer, nos proponemos orientar nuestra función asesora hacia la redefinición de los criterios de evaluación de las unidades docentes, la puesta al día el libro del residente, la ampliación de las bases de datos y la atención a los posibles desarrollos de áreas de capacitación específica.
¿Cuál es el punto fuerte de la docencia en Anatomía Patológica?
Yo diría que el punto más fuerte es la potente cultura de formación continuada que se ha instaurado entre los patólogos españoles, que por su intensidad impresiona a nuestros colegas europeos y norteamericanos. Esta cultura de mejora continua del conocimiento la viven con gran protagonismo los residentes en todas sus actividades, desde las tareas diarias en sus propias unidades docentes hasta los cursos internacionales que periódicamente tienen a su disposición. Por otra parte, el ritmo gradual de asunción de responsabilidades diagnósticas está muy bien establecido y confiere a los nuevos especialistas un alto grado de competencia profesional. También destacaría la atención que últimamente se viene prestando al cultivo de las habilidades comunicativas de los residentes, cuyas presentaciones científicas son a menudo impactantes.
Entonces la formación de los residentes es buena, ¿cómo se debería evaluar?
La formación es buena, pero es aconsejable, y desde Europa insisten continuamente en ello, establecer alguna forma de evaluación de lo aprendido a lo largo de la residencia. Un modelo a seguir podría ser el holandés, que evalúa cada año a todos los especialistas en formación para medir el progreso de cada residente con respecto a sí mismo y para comparar sus resultados con los del conjunto de sus compañeros del mismo año. Este modelo permite al propio residente (y a sus mentores) saber si está progresando de forma apropiada de año en año, así como identificar cuáles van siendo sus áreas fuertes y débiles.
Dentro de dos meses comienza una nueva asignación de plazas MIR, ¿recomendaría a los aspirantes escoger la especialidad?
Sí que les recomendaría escoger Anatomía Patológica, por ser una especialidad altamente resolutiva, de capital importancia para los pacientes. Los patólogos, con su examen personalizado de biopsias y citologías, son los responsables de una buena proporción de los diagnósticos médicos definitivos y aportan información crucial sobre el pronóstico y la predicción de la respuesta terapéutica. Por otra parte, esta vertiente clínica esencial de los patólogos se complementa con una cercanía estratégica a las ciencias básicas, lo que los convierte en un puente imprescindible en estos tiempos en que tanta importancia se asigna a la traslacionalidad.
¿Son necesarias más plazas MIR en Anatomía Patológica?
Teniendo en cuenta que, en el conjunto del país, la demanda supera a la oferta de patólogos, es aconsejable aumentar el número de plazas MIR de la especialidad. Además hay que tener en cuenta que un buen número de especialistas abandona el país una vez completada su formación. En colaboración con la Sociedad Española de Anatomía Patológica completaremos nuestras bases de datos de manera que podamos estimar las necesidades de patólogos en el conjunto de España y en las distintas comunidades autónomas.
¿En cuanto a la troncalidad, cuál es su opinión al respecto?
Si bien la troncalidad puede suponer una aproximación positiva a otras especialidades, los anatomopatólogos españoles aplauden con entusiasmo la decisión del Ministerio de no amputar unos años del ya apretado periodo formativo de una especialidad absolutamente singular cuyos profesionales son responsables del diagnóstico definitivo del cáncer, entre otros
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