«Estoy muy preocupado por Medicina», confesaba, no hace mucho, el rector de la Universidad de Oviedo. Y es que la facultad más solicitada de la institución académica asturiana, la que rechaza anualmente miles de solicitudes para sus 150 plazas de primer año, envejece peligrosamente. Por inercia natural, pero también por la imposibilidad de renovar el profesorado que se jubila. La prohibición gubernamental de que las universidades contraten nuevo personal ha llegado en un momento en el que las facultades con más historia de la Universidad de Oviedo se encuentran visiblemente envejecidas.
Pero la preocupación de Vicente Gotor se centra fundamentalmente en Medicina, no solo por la representatividad y el prestigio a nivel nacional del centro, sino por la repercusión de la merma en los que la Universidad llama profesores vinculados, es decir, aquellos que imparten docencia en la facultad y asistencia en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), los que enriquecen con la práctica diaria la teoría de los conocimientos.
Precisamente por esas peculiaridades, la presencia y el peso de los profesores vinculados en la Facultad de Medicina es determinante, en un momento en el que el adelgazamiento de plantilla ha coincidido con el crecimiento paulatino de los numerus clausus de 100 a 150.
Según los datos que maneja la Universidad, y que comparte con el Principado a través del Sespa, en este momento hay 53 profesores con asistencia vinculada. De por sí, son pocos, pero lo cierto es que son menos aún si los números se miran con una cierta perspectiva. El área de cirugía, a modo de muestra, contaba con nueve profesores vinculados, entre catedráticos y titulares, y se ha quedado con cinco, que se jubilarán en los próximos ocho años. Pediatría está en la misma estela: ha perdido a tres de sus nueve profesores, y el resto dejará su actividad laboral en los próximos 10 años. En realidad, en ese mismo periodo, la Facultad de Medicina perderá 41 profesores vinculados.
«En realidad el problema es ese. No sólo los que se están jubilando, sino los que están en lista de espera, porque son muchos y no tenemos posibilidad de reemplazarlos», se lamanta el vicerrector de Profesorado, quien recuerda que en el conjunto de la Universidad de Oviedo, «entre jubilaciones forzosas e incentivadas, hemos perdido 276 profesores». No obstante, no es Medicina de los centros más afectados por las jubilaciones anticipadas: de los 36 jubilados de los últimos 10 años, sólo nueve se han adherido al plan de Vicente Gotor. El resto ha esperado a los 70 años reglamentarios.
Tal vez por esa tendencia vocacional de los médicos, a Julio Antonio González le asusta más el futuro que el presente. «De los 53 profesores vinculados que tenemos, ninguno tiene menos de 35 años, sólo uno menos de 45, y es de Fisiología, y 16, menos de 57. El resto, es decir, casi el 70%, la inmensa mayoría, tienen más de 57 años, y eso es lo verdaderamente terrorífico, que en 13 años perderemos el grueso de nuestros profesores vinculados».
El Sespa, preocupado
Las plazas de profesor vinculado no dependen de la Universidad, sino de la comisión de seguimiento con el Sespa, pero el camino inicial es la acreditación como titular o catedrático. «La actitud del Principado es altamente positiva. Yo creo que tienen la misma preocupación que nosotros por el envejecimiento del profesorado permanente de la Facultad de Medicina, porque, evidentemente, de eso va a depender la calidad de la formación», señala el vicerrector de Formación. En ese sentido, el rector apunta que «llevamos años advirtiendo de esta situación sin que se hayan tomado medidas. Incluso ha coincidido en el tiempo con el aumento de los numerus clausus de 100 a 150. Menos profesores y más alumnos», resume Vicente Gotor.
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