El 1º Encuentro Hispano-Portugués para Médicos Residentes en Pediatría celebrado en Zamora ha reunido a destacados residentes de la península. Un evento promovido por la Asociación Española de Pediatría (AEP) y la Sociedad Portuguesa de Pediatría (SPP) para analizar y compartir la investigación, la formación y los modelos de asistencia pediátrica de ambos países.
Tal y como ha señalado Serafín Málaga, presidente de la AEP, “nuestra sociedad trabaja cada día para mejorar la formación de los residentes e iniciativas como este primer encuentro pueden contribuir a favorecer esa adecuada enseñanza, preparando a los futuros pediatras para que puedan seguir garantizando la calidad asistencial pediátrica que hoy se proporciona en nuestro país”. Asimismo, el presidente espera que como resultado de estas jornadas,”podamos encontrar vínculos de colaboración entre las dos sociedades que siempre han existido, pero no se ha plasmado en proyectos concretos”. El presidente de la AEP ha citado como ejemplo el acuerdo recientemente firmado con la Asociación Italiana de Pediatría para la puesta en marcha de un estudio de la prevención de la enfermedad del adulto desde la infancia.
En este foro, la Asociación Española de Pediatría ha instado a incrementar el número de plazas MIR de Pediatría para poder hacer frente al déficit de estos profesionales en las próximas décadas. De acuerdo con un informe desarrollado por el Ministerio de Sanidad se espera que entre los años 2015-2025 se produzca un déficit moderado de especialistas en Pediatría como consecuencia del envejecimiento “Los datos apuntan a que en las próximas décadas el problema de déficit de profesionales se puede ver agravado”, ha alertado Málaga.
De hecho, se estima que en el año 2015, las dos especialidades médicas cuyos profesionales trabajan en la Atención Primaria, Medicina de Familia y Pediatría, se situarán entre las más envejecidas del país. En la actualidad, cerca de la mitad de los pediatras tiene más de 49 años y alrededor de 1.000 se encuentran ya entre los 60 y 65. Las zonas con mayor envejecimiento sería Andalucía, Cantabria y País Vasco y con un menor porcentaje de pediatras maduros, Rioja y Castilla-La Mancha.
Pero el problema no se centra solo en Atención Primaria, sino que abarca, también a la pediatría de ámbito hospitalario. En este sentido, hay 17 especialidades pediátricas que no están reconocidas oficialmente. Esta situación, que no se produce en otros países, dificulta el acceso a los centros hospitalarios de un número suficiente de profesionales específicamente formados y cualificados para atender las diferentes patologías infantiles, hecho que impacta negativamente sobre la calidad de la asistencia. Desde la pediatría se espera que este reconocimiento no se demore “ante el peligro que puede suponer de desaparición de alguna de estas especialidades en algún hospital”. De hecho, se espera que antes de finales de año se confirme el reconocimiento de la especialidad de Psiquiatría infantil y de la Neonatología como área de capacitación. “Así se ha anunciado desde el Ministerio de Sanidad y esperamos que en breve se concrete”, precisa Málaga.
Asimismo, desde las sociedades científicas de Pediatría se solicita la adopción de medidas para evitar la fuga de jóvenes residentes. “Antes era testimonial, pero cada día aumentan las cifras”, ha apuntado el presidente de la AEP. “En este momento, hay más de 8.500 facultativos en otros países y muchos otros se están preparando para irse. Debemos encontrar la manera de fidelizar y mantener a estos jóvenes especialistas” y, entre las propuestas destaca mejorar las retribuciones y las condiciones laborales.
Modelo de atención pediátrica
Y es que tal y como defiende el presidente de la AEP, la pediatría española es un modelo de referencia en el ámbito internacional tanto por la accesibilidad de los servicios que presta a la población como por su nivel asistencial. El Libro Blanco de las Especialidades Pediátricas, desarrollado el pasado año por la AEP, recoge la evidencia empírica que avala el hecho de que, en aquellos países en los que existe una pediatría extendida y potente, especialmente en Atención Primaria, las consecuencias derivadas de las patologías que con más frecuencia aquejan a la población infantil son menos duraderas e intensas, están mejor controladas e inducen menos complicaciones, lo que supone un indudable ahorro en costes directos e indirectos.
De acuerdo además con el barómetro sanitario de 2011, el médico de familia y la pediatría son de los colectivos mejor valorados y se destaca la confianza del médico, el trato recibido y el conocimiento del historial.
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