Cuando se discutía la introducción de Bolonia en Medicina fueron varias las opciones que se plantearon, la más estricta con el plan supondría tres años de Grado más tres de máster, como en otros países. Según han comentado los expertos reunidos en el XXI Congreso de la Sociedad Española de Educación Médica en la Universidad Complutense de Madrid, esta posibilidad de ‘3+3’ haría en la actualidad los estudios de Medicina “prohibitivos” e incluso “exclusivos”.
Según Rafael Solana, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Córdoba, el Ministerio de Educación no aceptó la titulación con una duración de 3+3, y las demás opciones eran inviables, así que se optó por un Grado integrado de seis años, “que funcionará cuando el Marco Europeo de Cualificaciones reconozca el máster”, subraya Solana. Lo que en otros países se está implantando correctamente, -la titulación de 3+3-, supondría que en España los estudios serían “prohibitivos”, según el decano de la Universidad Autónoma de Madrid Juan Antonio Vargas, quien recuerda que actualmente el alto precio de las tasas de máster haría imposible que fuera de tres años, aunque podría no variar el coste de los créditos como en Portugal.
Ventajas e inconvenientes de Bolonia
La principal consecuencia de la implantación de Bolonia es que por primera vez en muchos años se ha comenzado a hablar de Educación Médica y a cambiar la terminología a favor de las competencias. Además, la mayor ventaja ha sido la “irrupción temprana de la práctica clínica en los planes de estudios”, según Rafael Solana. Por su parte, Nuno Sousa, decano de la Universidad do Minho en Portugal, ha señalado entre otras mejoras, que la participación del alumno en sus estudios es más activa, y se le facilita la construcción de su propio curriculum.
Sin embargo, la universidad no acaba de aprovecharse del todo de los planteamientos de Bolonia, entre otros motivos, por falta de recursos y de formación del profesorado. “Se ha hablado mucho de competencias y de asignaturas pero no se ha enseñado a los docentes cómo enfrentarse a una nueva metodología de aprendizaje”, según Juan Antonio Vargas. Va más allá Enrique Lázaro, presidente del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM), y señala que “la implantación de Bolonia dista mucho de ser el cambio que se pretendía”.
Según los expertos, no se ha armonizado la enseñanza de la Medicina como planteaba Bolonia, si no que existe una heterogeneidad en su implantación que está ocasionando problemas en la movilidad de los estudiantes. Por otro lado, Bolonia deja la puerta abierta para que los planes de estudios se evalúen continuamente y se vayan introduciendo mejoras.
Por último, los participantes en la jornada han señalado la necesidad de modificar el examen MIR para que evalúe habilidades y competencias a parte de las teóricas, para que eso se traduzca en un cambio en los últimos años de la titulación hacia una formación más centrada en la práctica
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