IvanDaily
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¡Hola a todos! Hace aproximadamente tres años desde que escribí mis primeros posts en casimedicos. Principalmente hacían referencia a mis miedos, preocupaciones y curiosidades sobre la carrera que iba a comenzar en septiembre de 2014. Posteriormente, cada año que pasaba, escribía una entrada resumiendo el año por si los pretendientes tienen curiosidad sobre cómo es la carrera desde dentro, naturalmente desde mi propio punto de vista.
En primer lugar quiero hablar de primero y segundo. En primer curso de Medicina noté bastante la diferencia entre el bachillerato, que era de donde venía, y la universidad. Sobre todo me refiero a la libertad que tienes para estudiar, ir a clase o no... Yo no iba, aprobé todo y con buena nota. En segundo, al menos en mi universidad, noté una rebaja de la dificultad, quizás por el hecho de tener "un horario mejor", si así puede decirse. En fin, me relajé bastante. No iba a clase, solamente a las prácticas, y aprobé todo y con buena nota.
Esto está bastante bien, hasta que llegué a tercero, estando relajado por segundo curso. Hahahahaha aquí farmacología me hizo un zas en toda la cara, pero reconozco que fue básicamente por no estudiar lo suficiente. Aprobé 15 de las 16 asignaturas que tenía, gracias a mi querida asignatura favorita, farmacología general. Esto, la verdad, no me desmotiva en absoluto, sino, al contrario, me motiva más para esforzarme más desde septiembre. Quizás ir a clase daría sus frutos, es un bonito proyecto que tenemos entre manos y esperamos sacar adelante más de tres semanas... hahahahahaha
Por otra parte, y dejando de lado el tema de las calificaciones académicas, he de decir que he aprendido muchísimo en estos tres años. Esta carrera me ha enseñado a ser más abierto, analítico y crítico, objetivo cuando es preciso, subjetivo cuando es necesario, más o menos organizado, capaz, sanamente competitivo, extremadamente posturero, vivo y despierto, muerto de sueño, a entender a la gente, a caminar rápido por el hospital para que parezca que voy a salvar vidas cuando en realidad voy a la cafetería, en definitiva... me ha enseñado a ser lo que soy actualmente y esto es solamente el principio. De la persona que era antes de empezar, no sé si queda siquiera la mitad.
Ahora, 1 de agosto de 2017, sinceramente, tengo ganas de empezar el nuevo curso. Ganas de volver a llegar tarde, de auscultar con el fonendo al revés y disimular, ganas de volver a estresarme, de relajarme, de tomarme esos seis cafés al día y tres tilas para contrarrestar, de planchar mi bata antes de las prácticas, de tirarla en la taquilla después de ellas, de simular ser médico por los pasillos y, cómo no, de seguir avanzando hacia la meta que me he determinado.
A por cuarto.
IvanDaily
En primer lugar quiero hablar de primero y segundo. En primer curso de Medicina noté bastante la diferencia entre el bachillerato, que era de donde venía, y la universidad. Sobre todo me refiero a la libertad que tienes para estudiar, ir a clase o no... Yo no iba, aprobé todo y con buena nota. En segundo, al menos en mi universidad, noté una rebaja de la dificultad, quizás por el hecho de tener "un horario mejor", si así puede decirse. En fin, me relajé bastante. No iba a clase, solamente a las prácticas, y aprobé todo y con buena nota.
Esto está bastante bien, hasta que llegué a tercero, estando relajado por segundo curso. Hahahahaha aquí farmacología me hizo un zas en toda la cara, pero reconozco que fue básicamente por no estudiar lo suficiente. Aprobé 15 de las 16 asignaturas que tenía, gracias a mi querida asignatura favorita, farmacología general. Esto, la verdad, no me desmotiva en absoluto, sino, al contrario, me motiva más para esforzarme más desde septiembre. Quizás ir a clase daría sus frutos, es un bonito proyecto que tenemos entre manos y esperamos sacar adelante más de tres semanas... hahahahahaha
Por otra parte, y dejando de lado el tema de las calificaciones académicas, he de decir que he aprendido muchísimo en estos tres años. Esta carrera me ha enseñado a ser más abierto, analítico y crítico, objetivo cuando es preciso, subjetivo cuando es necesario, más o menos organizado, capaz, sanamente competitivo, extremadamente posturero, vivo y despierto, muerto de sueño, a entender a la gente, a caminar rápido por el hospital para que parezca que voy a salvar vidas cuando en realidad voy a la cafetería, en definitiva... me ha enseñado a ser lo que soy actualmente y esto es solamente el principio. De la persona que era antes de empezar, no sé si queda siquiera la mitad.
Ahora, 1 de agosto de 2017, sinceramente, tengo ganas de empezar el nuevo curso. Ganas de volver a llegar tarde, de auscultar con el fonendo al revés y disimular, ganas de volver a estresarme, de relajarme, de tomarme esos seis cafés al día y tres tilas para contrarrestar, de planchar mi bata antes de las prácticas, de tirarla en la taquilla después de ellas, de simular ser médico por los pasillos y, cómo no, de seguir avanzando hacia la meta que me he determinado.
A por cuarto.
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