CONSEJOS EN LA PENÚLTIMA CARTA DE LA DRA. DE CTO:
LA VÍSPERA DEL MIR.
Durante las últimas semanas, la presión psicológica llega a pesar más que el estudio en sí mismo. Esto es especialmente cierto el día antes del examen. Por la mañana, aún se puede aprovechar para repasar alguna asignatura, pero ten muy presente una cosa: NO ESTUDIES ESA TARDE. A partir de la hora de comer, debes guardar todo el material de trabajo y hacer algo que no tenga nada que ver con el examen MIR, a ser posible fuera de tu casa o del lugar donde habitualmente estudiases. Es difícil olvidarse del examen durante esa tarde, pero tienes que intentarlo (ni siquiera hables del MIR, si puedes evitarlo).
EL DÍA DEL MIR.
Procura dormir un número de horas razonable. Si tardas en dormirte la noche antes, procura despertarte más tarde. Necesitas un buen descanso para mantener la atención durante cinco horas.
La comida de ese día debe ser ligera. No queremos decir con esto que pases hambre, pero una digestión pesada, o la somnolencia postprandial, pueden resultar molestas.
Debes acudir al lugar del examen con suficiente antelación y localizar el aula que te corresponde.
Antes del examen, cuando ya hayas encontrado tu aula, es frecuente sentir creciente inquietud según el lugar se va llenando de gente. Si es tu caso, mejor no permanezcas allí. Da un paseo por los alrededores y vuelve cuando se aproxime la hora.
Recuerda llevar un reloj, si habitualmente no lo haces. Durante el examen, te obligarán a apagar el teléfono móvil, con lo que no podrás usarlo para controlar el tiempo. No olvides llevar el DNI o el pasaporte para identificarte en la puerta del aula.
No introduzcas ningún cambio significativo respecto a lo que has hecho en los simulacros. No se te ocurra tomar una benzodiacepina o un betabloqueante para aliviar la inquietud, a no ser que lo hayas probado antes o ya los utilices por algún motivo.
DURANTE EL EXAMEN.
Es posible que las primeras preguntas te resulten difíciles. Esto puede deberse a la tensión del momento, en cuyo caso debes parar unos segundos y recuperar la calma. Si el problema se debe a que la materia no te gusta o se te da mal, tienes la alternativa de comenzar por la pregunta 101. Si corresponde a una materia que domines más, comenzarás con más ánimo y optimismo. Si tampoco te gusta, también puedes comenzar por la 201 (elegimos estos números porque te resultará fácil contar cuántas llevas y controlar el tiempo). Por supuesto, si necesitas hacer uso de esta recomendación, asegúrate de pasar bien las respuestas a la plantilla.
Descansa cada cierto tiempo, como vienes haciendo en los simulacros. El control del tiempo también debe ser similar.
Cuando hayas terminado, puedes revisar algunas preguntas si te sobran algunos minutos. No obstante, ante la duda, no cambies la respuesta. Es más probable que tuvieras razón al comenzar el examen, cuando estabas más descansado, que cuando quedan minutos para el final. Una buena recomendación sería cambiar la respuesta solamente si has leído mal la pregunta.
Una vez que lo termines, asegúrate de haberlo firmado antes de entregarlo. Si tienes tiempo, es aconsejable comprobar si has pasado bien las respuestas a la plantilla.
Hace algunas semanas, os enviamos un documento sobre la realización de los simulacros. Los consejos que en él os dimos complementan lo que os hemos dicho aquí y también son aplicables al examen MIR.