Queridos foreros compañeros de este verano inacabable...a la par que emocionante (seguir este foro, más allá de las décimas, centésimas y los %, ha sido una grata experiencia humana)
Después de más de veinte años como médico os puedo hablar de mi experiencia. En los compañeros, además de unos buenos conocimientos y unas buenas habilidades (esa es la base de nuestra profesión) he valorado el compañerismo, un cambio de guardia... la ayuda discreta, tan necesaria cuando eres novato (ahí también fueron de gran ayuda las enfermeras veteranas :lol: ) un preocuparse cuando tienes un mal día o cuando un caso clínico te tiene agobiado. La cercanía, el buen trato, el buen humor que facilita soportar una guardia de 24 horas con poco dormir...todo eso está bien saberlo...
Pero os puedo asegurar que, después de dos dolorosísimos años compartiendo el sufrimiento de mi marido afecto de cáncer, he sabido de verdad qué es lo que espera un paciente de un médico. Cuando el proceso terminó (en nuestro caso sin éxito, aunque hay que ser optimista y recordar que cada vez son más los casos de final exitoso) supe de verdad que es lo que se recuerda tras esa estrecha relación médico-paciente. Acudimos como es lógico a los mejores médicos, a los mejores servicios de hospitales universitarios, a los que todo el mundo conocía, a los que tenían nombre y publicaban mucho. Tengo pocas quejas de la parte meramente profesional (diagnóstico, tratamiento...si el proceso era altamente invasivo...la ciencia ya tenía poco que hacer) pero os puedo asegurar que entre todos los profesionales que vivieron con nosotros el proceso, recuerdo de manera especial a uno: un anestesista especializado en dolor de un hospital universitario de Barcelona. El nunca nos desanimó, nos miraba a los ojos, alargaba su horario hasta que el dolor cedía y podíamos irnos a casa algo mejor, le cogia la mano y le transmitía una enorme paz en medio del sufrimiento. Nunca nos engañó, pero siempre estuvo con nosotros, inventaba mil y unas maneras de calmar el dolor...cuando un tratamiento no funcionaba o no se toleraba... intentaba otro, y otro...y siempre fue cercano, siempre pudimos localizarlo cuando el dolor era desesperante...siempre estuvo ahí. Por supuesto era un buen médico, reconocido, sabio, de un buen hospital...pero tenía "algo más".
Tras leeros en este foro, se que la mayoría de vosotros, salvo pequeñísimas excepciones, seréis buenos médicos. Espero que también mi hija que empieza este año lo sea. Vuestras notazas de acceso os aseguran el 50% de conocimientos y habilidades. El otro 50% de ese "algo más" lo habéis empezado a demostrar por vuestro comportamiento en este foro. Me pondré encantada en vuestras manos como paciente en que aprendáis un poquillo como funciona todo esto del cuerpo humano!!
Os deseo lo mejor a todos !!!
Después de más de veinte años como médico os puedo hablar de mi experiencia. En los compañeros, además de unos buenos conocimientos y unas buenas habilidades (esa es la base de nuestra profesión) he valorado el compañerismo, un cambio de guardia... la ayuda discreta, tan necesaria cuando eres novato (ahí también fueron de gran ayuda las enfermeras veteranas :lol: ) un preocuparse cuando tienes un mal día o cuando un caso clínico te tiene agobiado. La cercanía, el buen trato, el buen humor que facilita soportar una guardia de 24 horas con poco dormir...todo eso está bien saberlo...
Pero os puedo asegurar que, después de dos dolorosísimos años compartiendo el sufrimiento de mi marido afecto de cáncer, he sabido de verdad qué es lo que espera un paciente de un médico. Cuando el proceso terminó (en nuestro caso sin éxito, aunque hay que ser optimista y recordar que cada vez son más los casos de final exitoso) supe de verdad que es lo que se recuerda tras esa estrecha relación médico-paciente. Acudimos como es lógico a los mejores médicos, a los mejores servicios de hospitales universitarios, a los que todo el mundo conocía, a los que tenían nombre y publicaban mucho. Tengo pocas quejas de la parte meramente profesional (diagnóstico, tratamiento...si el proceso era altamente invasivo...la ciencia ya tenía poco que hacer) pero os puedo asegurar que entre todos los profesionales que vivieron con nosotros el proceso, recuerdo de manera especial a uno: un anestesista especializado en dolor de un hospital universitario de Barcelona. El nunca nos desanimó, nos miraba a los ojos, alargaba su horario hasta que el dolor cedía y podíamos irnos a casa algo mejor, le cogia la mano y le transmitía una enorme paz en medio del sufrimiento. Nunca nos engañó, pero siempre estuvo con nosotros, inventaba mil y unas maneras de calmar el dolor...cuando un tratamiento no funcionaba o no se toleraba... intentaba otro, y otro...y siempre fue cercano, siempre pudimos localizarlo cuando el dolor era desesperante...siempre estuvo ahí. Por supuesto era un buen médico, reconocido, sabio, de un buen hospital...pero tenía "algo más".
Tras leeros en este foro, se que la mayoría de vosotros, salvo pequeñísimas excepciones, seréis buenos médicos. Espero que también mi hija que empieza este año lo sea. Vuestras notazas de acceso os aseguran el 50% de conocimientos y habilidades. El otro 50% de ese "algo más" lo habéis empezado a demostrar por vuestro comportamiento en este foro. Me pondré encantada en vuestras manos como paciente en que aprendáis un poquillo como funciona todo esto del cuerpo humano!!
Os deseo lo mejor a todos !!!