MercheSotoDeltoro
Nuevo Miembro
Buenos días.
Es muy largo. Lo lamento de antemano, pero necesito orientación/consejo.
Mi padre. 69 años.
Medicación crónica: Tromalyt, Trangorex, Ibersartan, Emcorcor, Omeprazol y Daflon.
Septiembre 2018 a Diciembre 2020: Sufridos varios microinfartos cerebrales. Secuelas poco notables.
Diciembre 2020: Sufrido nuevo microinfarto cerebral que afecta al habla. Habla lento y poco entendible.
Diciembre 2020 a Marzo 2021: Continúa con dificultad para que se le entienda al hablar. Cambia su comportamiento, se muestra en ocasiones agresivo, amenazante, se enfada por cualquier nimiedad e insulta, todo esto con mi madre, mi hermano y conmigo. Además, presenta un deterioro en cuánto a movilidad, agilidad, reflejos, autonomía y de memoria más que considerable.
Marzo 2021: Acudo a la doctora de cabecera para decirle que no podemos más con él. Que nos insulta, nos intenta pegar, nos amenaza, se enfada por cualquier tontería, etc. Me receta Deprax 100 mg, 1 desayuno, 1 comida, 1 cena. Me comenta que considera que tiene un principio de demencia importante. Sugiere que le digamos que es una pastilla nueva para la circulación de la pierna que tiene enferma porque si le decimos la verdad no va a querer tomar el tratamiento.
Marzo 2021 a Septiembre 2021: Prácticamente cada semana debo hablar con la doctora de cabecera para decirle que, aunque está más tranquilo físicamente, continuamos sin poder con él. Tenemos cita con neuropsiquiatría geriátrica en los próximos meses, pero no vemos la hora en que le traten.
Septiembre 2021: Se enfada, como siempre por cosas sin importancia y decide no cenar. No consiente tomar tampoco su medicación. Llega el día siguiente. Se levanta, no desayuna ni se toma la medicación y se escapa de casa. Está fuera unas 5 horas. Localizado y vuelve a casa por su propio pie. Entra en casa de forma desafiante. Intento que se tome la medicación y que coma algo. No hay manera. Ya es mediodía, por lo tanto, ya son 3 tomas que pierde de medicación. Empieza a insultar y agredir. Finalmente, no hay más remedio que intervenga la policía, quienes estaban avisados anteriormente por la huida junto a teleasistencia. Llega la policía a casa, intentan los agentes razonar con él y que se tome la medicación, pero no hay manera. Empieza a empujar a los agentes para echarlos de la habitación e insultarles. Llegan los sanitarios. Se le entiende muy mal al hablar y sus argumentos, contestaciones y acusaciones a mi madre, mi hermano y yo son totalmente incongruentes. Va cambiando de versión de los hechos a cada momento. No consiguen convencerle para que tome su medicación y le informan que lo trasladan al hospital. Allí sigue sin consentir tomar de forma oral cualquier medicamento. Le inyectan Haloperidol. Me dicen que está mejor, que me lo lleve a casa. La psiquiatra le pregunta si cuando salga del hospital va a ir a casa a comer y tomarse las pastillas, él dice que sí. Hablo con la psiquiatra y le digo que está mintiendo, que no está más tranquilo y que yo no me lo quiero llevar a casa así. Insiste en que sí. Le dan el alta. Entro a observación a por él, no quiere que le agarre del brazo y no quiere que le hable. Llegamos a la sala de espera donde estaban mi marido y mi madre. Le digo a mi marido que traiga el coche a la puerta que nos vamos. Mi padre dice que no traiga el coche que él no va a subir. Forcejea con mi madre para quitarle el bolso porque según él, quiere la cartera porque va a coger un taxi e irse lejos. Amenaza a mi madre y continúa forcejeando con ella. Intervenimos mi marido, seguridad, la psiquiatra y yo. La psiquiatra me da la razón. No está para llevárnoslo a casa. Lo entran de nuevo a observación y le vuelven a inyectar Haloperidol. Me dicen que debe quedarse hasta el día siguiente allí, que nos vayamos a casa, descansemos y que ya me llamará ella por la mañana para decirme si vamos a por él o no. Me llama la psiquiatra a la mañana siguiente. Dice que está muy tranquilo, que razona muy bien, que su versión es totalmente contraria a la del día anterior, que admite que se enfadó por una tontería y que es consciente que todo lo que su mujer y sus hijos hacemos es por su bien. Quiere irse a casa a desayunar y promete tomar la medicación. En el hospital no quiso cenar ni desayunar. Voy a recogerlo. Entro con miedo a que esté fingiendo otra vez y se ponga agresivo. Pero no, todo lo contrario. Me abraza y llorando me pide disculpas por “haberse puesto tonto”. Me pide por favor que le lleve a casa, que quiere desayunar y tomarse las pastillas. Promete que no se las va a dejar de tomar nunca más. Veo que su arrepentimiento es real y me lo llevo a casa. En la sala de espera se abraza a mi madre, llora y le pide perdón por todo. Sin que él lo sepa le estamos poniendo en el vaso gotas de Haloperidol según nos han prescrito. 5 desayuno, 5 comida y 10 cena. Sigue teniendo problemas en el habla, pero en cuánto a comportamiento está muy bien. Después de tantos meses, por fin, parece que tenemos una pequeña tregua y podemos estar más tranquilos.
Ahora viene mi consulta.
Tenemos cita con neuropsiquiatría geriátrica. Tengo miedo a que le “suelten” que está tomando medicación referente a salud mental y que volvamos a empezar. Se enfade, se niegue a tomarla, consecuencias, etc.
Pero eso no queda ahí. También, en las próximas semanas, tiene cita con traumatología y neurología. ¿Y si le dicen algo respecto a esa medicación?
Lo que me refiero es que pienso que no es bueno que él no sea consciente de que tiene un problema, pero ¿y si por otra parte le hacemos consciente del mismo y retrocedemos todo lo avanzado?
Estoy muy agobiada. No sé cómo actuar. ¿Algún consejo?
Gracias de antemano.
Saludos.
Es muy largo. Lo lamento de antemano, pero necesito orientación/consejo.
Mi padre. 69 años.
Medicación crónica: Tromalyt, Trangorex, Ibersartan, Emcorcor, Omeprazol y Daflon.
Septiembre 2018 a Diciembre 2020: Sufridos varios microinfartos cerebrales. Secuelas poco notables.
Diciembre 2020: Sufrido nuevo microinfarto cerebral que afecta al habla. Habla lento y poco entendible.
Diciembre 2020 a Marzo 2021: Continúa con dificultad para que se le entienda al hablar. Cambia su comportamiento, se muestra en ocasiones agresivo, amenazante, se enfada por cualquier nimiedad e insulta, todo esto con mi madre, mi hermano y conmigo. Además, presenta un deterioro en cuánto a movilidad, agilidad, reflejos, autonomía y de memoria más que considerable.
Marzo 2021: Acudo a la doctora de cabecera para decirle que no podemos más con él. Que nos insulta, nos intenta pegar, nos amenaza, se enfada por cualquier tontería, etc. Me receta Deprax 100 mg, 1 desayuno, 1 comida, 1 cena. Me comenta que considera que tiene un principio de demencia importante. Sugiere que le digamos que es una pastilla nueva para la circulación de la pierna que tiene enferma porque si le decimos la verdad no va a querer tomar el tratamiento.
Marzo 2021 a Septiembre 2021: Prácticamente cada semana debo hablar con la doctora de cabecera para decirle que, aunque está más tranquilo físicamente, continuamos sin poder con él. Tenemos cita con neuropsiquiatría geriátrica en los próximos meses, pero no vemos la hora en que le traten.
Septiembre 2021: Se enfada, como siempre por cosas sin importancia y decide no cenar. No consiente tomar tampoco su medicación. Llega el día siguiente. Se levanta, no desayuna ni se toma la medicación y se escapa de casa. Está fuera unas 5 horas. Localizado y vuelve a casa por su propio pie. Entra en casa de forma desafiante. Intento que se tome la medicación y que coma algo. No hay manera. Ya es mediodía, por lo tanto, ya son 3 tomas que pierde de medicación. Empieza a insultar y agredir. Finalmente, no hay más remedio que intervenga la policía, quienes estaban avisados anteriormente por la huida junto a teleasistencia. Llega la policía a casa, intentan los agentes razonar con él y que se tome la medicación, pero no hay manera. Empieza a empujar a los agentes para echarlos de la habitación e insultarles. Llegan los sanitarios. Se le entiende muy mal al hablar y sus argumentos, contestaciones y acusaciones a mi madre, mi hermano y yo son totalmente incongruentes. Va cambiando de versión de los hechos a cada momento. No consiguen convencerle para que tome su medicación y le informan que lo trasladan al hospital. Allí sigue sin consentir tomar de forma oral cualquier medicamento. Le inyectan Haloperidol. Me dicen que está mejor, que me lo lleve a casa. La psiquiatra le pregunta si cuando salga del hospital va a ir a casa a comer y tomarse las pastillas, él dice que sí. Hablo con la psiquiatra y le digo que está mintiendo, que no está más tranquilo y que yo no me lo quiero llevar a casa así. Insiste en que sí. Le dan el alta. Entro a observación a por él, no quiere que le agarre del brazo y no quiere que le hable. Llegamos a la sala de espera donde estaban mi marido y mi madre. Le digo a mi marido que traiga el coche a la puerta que nos vamos. Mi padre dice que no traiga el coche que él no va a subir. Forcejea con mi madre para quitarle el bolso porque según él, quiere la cartera porque va a coger un taxi e irse lejos. Amenaza a mi madre y continúa forcejeando con ella. Intervenimos mi marido, seguridad, la psiquiatra y yo. La psiquiatra me da la razón. No está para llevárnoslo a casa. Lo entran de nuevo a observación y le vuelven a inyectar Haloperidol. Me dicen que debe quedarse hasta el día siguiente allí, que nos vayamos a casa, descansemos y que ya me llamará ella por la mañana para decirme si vamos a por él o no. Me llama la psiquiatra a la mañana siguiente. Dice que está muy tranquilo, que razona muy bien, que su versión es totalmente contraria a la del día anterior, que admite que se enfadó por una tontería y que es consciente que todo lo que su mujer y sus hijos hacemos es por su bien. Quiere irse a casa a desayunar y promete tomar la medicación. En el hospital no quiso cenar ni desayunar. Voy a recogerlo. Entro con miedo a que esté fingiendo otra vez y se ponga agresivo. Pero no, todo lo contrario. Me abraza y llorando me pide disculpas por “haberse puesto tonto”. Me pide por favor que le lleve a casa, que quiere desayunar y tomarse las pastillas. Promete que no se las va a dejar de tomar nunca más. Veo que su arrepentimiento es real y me lo llevo a casa. En la sala de espera se abraza a mi madre, llora y le pide perdón por todo. Sin que él lo sepa le estamos poniendo en el vaso gotas de Haloperidol según nos han prescrito. 5 desayuno, 5 comida y 10 cena. Sigue teniendo problemas en el habla, pero en cuánto a comportamiento está muy bien. Después de tantos meses, por fin, parece que tenemos una pequeña tregua y podemos estar más tranquilos.
Ahora viene mi consulta.
Tenemos cita con neuropsiquiatría geriátrica. Tengo miedo a que le “suelten” que está tomando medicación referente a salud mental y que volvamos a empezar. Se enfade, se niegue a tomarla, consecuencias, etc.
Pero eso no queda ahí. También, en las próximas semanas, tiene cita con traumatología y neurología. ¿Y si le dicen algo respecto a esa medicación?
Lo que me refiero es que pienso que no es bueno que él no sea consciente de que tiene un problema, pero ¿y si por otra parte le hacemos consciente del mismo y retrocedemos todo lo avanzado?
Estoy muy agobiada. No sé cómo actuar. ¿Algún consejo?
Gracias de antemano.
Saludos.
