El prestigio de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) está ligado al de su Facultad de Medicina, cuyo campus fue el primero que se instauró, como ha recordado en esta entrevista el rector de la UAM, José María Sanz. Además, señala que no se ha tenido en cuenta la subida de las tasas a la hora de incluir mayor dificultad en el acceso a las becas para los estudiantes y que la situación presupuestaria está “asfixiando” a la universidad.
¿Cómo están afectando los recortes a la Universidad Autónoma de Madrid?
Los recortes han afectado negativamente. Es verdad que en la UAM tenemos disponibles remanentes de años anteriores por la gestión realizada durante todos los periodos anteriores. Esto ha permitido de alguna manera compensar los recortes. Pero si se mantienen en el tiempo, va a ser insostenible. Estamos realizando un esfuerzo enorme, tanto en plantilla como en recursos materiales. De momento, vamos haciendo adaptaciones poco a poco debido a esos remantes, pero esperamos que la situación mejore, que se acaben los recortes y que la economía vuelva a su ser para otra vez recuperar posiciones. Pero ahora mismo estamos en una situación de asfixia.
En cuanto a la plantilla de profesores de Medicina, ¿cómo salva la UAM la dificultad de encontrar docentes clínicos?
Ayuda que en la UAM tengamos una facultad con cierto prestigio, con cinco hospitales universitarios adscritos. Es imprescindible y muy buena la labor del decano de captar y de motivar a clínicos para la docencia universitaria en los hospitales. Pero es verdad que cada vez es más difícil porque las condiciones impiden ofrecer incentivos, impiden el reconocimiento de algún tipo a esa labor docente.
También la austeridad presupuestaria ha alcanzado a las becas, se han endurecido los requisitos para optar a estas ayudas…
El problema que ha ocurrido con las becas y las tasas es que el discurso se ha hecho de forma dispar, y debe entenderse en paralelo porque las tasas empiezan a suponer unos precios prohibitivos para el acceso a la universidad de estudiantes con ciertas dificultades económicas. Se han hecho dos discursos y dos reales decretos independientes, y en el de becas no se ha tenido en cuenta la subida de tasas. Para los estudiantes de Medicina es aún más sangrante porque son de los más brillantes en la universidad y la demanda de esta titulación es tremenda. Tendrían que haberse analizado las diferentes situaciones en cada tipo de estudios.
Incluso, se pueden producir algunos abandonos bien porque la situación económica de la familia cambie de forma radical o bien porque la presión psicológica que se crea sobre ellos por el rendimiento que se les exige les pueda afectar. En la UAM tenemos un fondo de ayuda a los estudiantes con dificultades económicas y tratamos desde la propia facultad de atender las posibles presiones o problemas de exceso de tensión y estrés.
¿Supone para la UAM un prestigio añadido ofertar la titulación de Medicina?
Para nosotros es un orgullo, porque además la Facultad de Medicina está desde el origen. Además, históricamente, siempre en los exámenes MIR hemos ocupado posiciones realmente privilegiadas y somos los que más estudiantes tenemos entre los cien primeros. El prestigio de la UAM en muchos casos se asocia al prestigio de esta facultad.
Los hospitales son también una ayuda, todos tienen institutos de investigación sanitaria y fomentan la investigación de los alumnos. Esto implica que por parte de la universidad se apuesta por la investigación clínica. Si somos capaces de mantener ese interés mutuo en esos objetivos yo confío en que todo seguirá bien.
¿Cree que existen ya demasiadas facultades de Medicina en España?
El problema de este país es que se planifica poco y sobre todo se planifica mal a largo plazo. Con lo que cuesta formar a un médico es muy triste encontrarnos que el número de médicos aspirantes sea mucho mayor que las plazas MIR ofertadas. Siempre tiene que haber un margen pero no un número excesivo porque eso implicará que hemos dedicado esfuerzo y dinero en la formación de médicos que no serán capaces de realizar realmente su profesión en la medicina pública. Se necesita un poco de planificación y saber las necesidades del país en los siguientes años.
Uno de los proyectos que prevé Educación es instaurar la preinscripción única en las titulaciones de Ciencias de la Salud, ¿cree que es positivo?
Sí, apostamos por ello. Creo que el distrito único tiene algunas dificultades en cuanto a su gestión. La preinscripción actual es complicada porque en las matriculaciones hay caídas muy importantes; los alumnos se van colocando geográficamente según sus opciones y genera problemas en la gestión. Por otro lado, es importante que los futuros estudiantes de Medicina tengan todas las opciones en su mano y se les discrimine por nota y mérito.
Por último, ¿cómo ve el futuro de la universidad?
Uno trata de ser optimista pero el gobierno y la sociedad debe cambiar su sensibilidad acerca de la educación superior. Es verdad que la universidad y la sanidad pública son las instituciones que más se valoran; pero resulta chocante que por parte de los poderes públicos sean precisamente estas instituciones las que sufren los recortes mayores.
Más que cambio de gobierno, es importante que los políticos sean consecuentes con el discurso que hacen, que apliquen su discurso a los presupuestos del Estado. Da igual quien lo diga y quien gobierne, la sociedad debe recoger los frutos de esa inversión
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