Los alumnos comienzan a entrar a las aulas. Están a punto de enfrentarse a un simulacro examen, pero los nervios igualmente afloran. En este anticipo del examen del MIR encontramos algún despistado.
Es la única licencia que permite este simulacro. El ensayo cuenta con un examen de 235 preguntas, con la misma dificultad que la prueba oficial. Las normas tampoco cambian. Llega el momento de repartir una prueba que requiere mucha concentración y esfuerzo.
El examen dura cinco largas durante las que está permitido comer. Algunos prefieren dulces, otros apuestan por bocados más sanos y todos son conscientes de la importancia de este simulacro.
El examen MIR les permite el acceso a una especialidad médica. Entre ellos están los futuros cardiólogos, alergólogos o médicos de familia. Ahora es sólo un simulacro, pero el próximo 1 de febrero cerca de trece mil estudiantes de toda España se juegan su futuro profesional.
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