El cuestionario MIR ideal es aquel que ayuda a discriminar entre la gran masa de candidatos que se presentan cada año para optar a una plaza de formación sanitaria especializada. Tras haber analizado el examen de la pasada convocatoria, los expertos han señalado que el grado de discriminación fue “excelente” y su dificultad “aceptable”.
Fernando Marco, vicedecano de la Universidad Complutense de Madrid y jefe de estudios del Hospital Clínico San Carlos, asegura que siempre se hace un análisis exhaustivo de los resultados del examen, por lo que año tras año “mejora la calidad de las preguntas”, “aunque parezca que no hay cambios, sí que existe un proceso de crítica interna”, señala Marco.
Este proceso comienza definiendo el objetivo del examen, esto es seleccionar a los mejores y ordenar a los candidatos. Para conocer el grado de dificultad y la efectividad del examen se recogen los resultados de aquellos que han alcanzado el Percentil 73, los mejores, y se compara con las notas más bajas, los que se quedaron en el Percentil 23. Se analizan todas las respuestas de cada uno de ellos y si los del grupo fuerte han contestado bien y los del débil mal, esa pregunta tendrá un alto nivel de discriminación. “Un cuestionario aceptable, con una dificultad óptima, es aquel en el que hay una media de 50 o 60 por ciento de aciertos”, informa Fernando Marco.
Las preguntas que menos ayudan a discriminar son de las nuevas materias, cree Marco, porque tienen menos aciertos. Y es que, desde hace unos años, se han ido introduciendo en el examen nuevos aspectos como metodología, estadística, habilidades comunicativas, y nuevas materias como Cuidados Paliativos, Inmunología, Oncología, Geriatría o Cirugía Plástica. Preguntas que sorprendían a los alumnos.
Problemas de actitud
Tras superar esta prueba, los nuevos residentes no “quieren realizar más exámenes”, asegura Jesús Morán, presidente de la Comisión de Docencia y jefe de estudios del Hospital de Cruces en Bilbao. Según Morán, los mayores problemas a la hora de establecer una evaluación para los MIR se encuentran “en la actitud y en el comportamiento”. Sin embargo, cree que es una “obligación moral” “rendir cuentas a la sociedad” a través de métodos como la autoevaluación y la acreditación docente.
Para ello, el jefe de estudios del Hospital de Cruces ha pedido “un cambio de cultura para poder formar y evaluar por competencias”. También ha señalado que a veces “la excelencia profesional se equipara a años de servicio, lo que ha perjudicado mucho a la profesión”, porque, según Morán, “existen modelos profesionales muy tóxicos que no son modelos a seguir”. “Existe una ausencia de reflexión de lo que hacemos”, concluye Jesús Morán.
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