Carlota García de Andoin y Ander García San Miguel acaban de terminar las clases en la Facultad de Medicina. Hace buena tarde en el campus de Leioa y no se les nota cansados, aunque han estado buena parte del día casi pegados al pupitre. Los dos han estuadiao en la concertada: Ander, en Urdaneta; Carlota, en Las Esclavas. Ambos tienen 21 años, ambos están matriculados en la UPV y quieren ser médicos. Y ambos han visto la cara menos amable de la Administración -que hasta ahora para ellos era solo el papeleo-. Han visto los recortes cara a cara, en primera persona. 3.500 euros que vuelan a otra partida junto al dinero de otros 182 becarios que se han quedado sin la beca de excelencia «por motivos económicos», según la lacónica nota subida por el Departamento de Educacion a su página web esta semana. Una beca que premiaba el esfuerzo -ella obtuvo una nota de 9,216, él algo más- y que ascendía a 6.000 euros para aquellos ‘cerebros en acción’ que estudiaban fuera de la comunidad autónoma.
– «¿Cómo me enteré? La verdad es que había un surrumurru desde poco antes de verano. Primero escribieron en la página web que se estaba valorando mantener las becas para los que ya estábamos becados, luego que pronto aparecerían las condiciones en el Boletín Oficial y finalmente que, definitivamente, no saldrían por motivos económicos. Primero sí, luego ya veremos y ahora nada de nada», explica Ander, mientras da vueltas a un colacao en la cafetería de Leioa.
– «Ha sido todo muy confuso», explica Carlota, mientras se echa para atrás su melena rubia y ofrece una sonrisa. También bebe colacao. En verano vimos algo en el periódico sobre el tema de las becas y se me ocurrió escribir una nota para preguntar por las becas. Recogimos unas ocho firmas, imagínate en pleno verano. ¿Quiénes eramos? Ander, Alain.. «, Carlota lanza de carrerilla todos los nombres. Mandaron la carta a la delegada de Bizkaia y al rectorado. Una idea les rondaba la cabeza: «Es que no se puede recortar de otro sitio», resumía ayer Carlota. Parece que no. «En el rectorado me contestaron. Los únicos. Y ya me dieron a entender que no iba a haber becas, no así de claro, pero bueno. Eso sí, me recordaron que el resto de becas, las que están ligadas a la renta familiar, habían crecido», rememora. Aún guarda la carta.
«Es una faena tremenda»
Al final la confirmación ha venido vía web y de tapadillo. Casi es lo que más les ha molestado. «Las formas han sido desastrosas. Ahí en una web que no mira casi nadie. A mi me lo contó Ander el otro día», recuerda Carlota mirando el mensaje en el ‘guasap’ del pasado día 4. Ella reconoce que no había gastado los 3.500 euros y que los tiene guardados por si los necesita para salir de Erasmus, «porque con lo que dan para irte de Erasmus no te llega».
José Mari, el padre de Ander casi está más indignado que su hijo. Doctor en la Unidad de Cirugía de Cruces, no entiende cómo se prescinde de unas becas que sirven para premiar «el esfuerzo de los chavales». «Es una faena tremenda», se queja. Su hijo, Premio de Bachiller, no quiere entrar a valorar quién lo ha hecho bien y quién mal, si el Gobierno que las puso (el de Patxi López) o el que las ha quitado (el de Íñigo Urkullu). «No quiero valorar si este es un gobierno malo y el otro bueno, pero seguro que se podía haber hecho de otra manera. No sé, mantener parte de las becas, reducir su importe, que es excesivo, o se podía recortar directamente de otras cosas. Ya sabemos lo de la crisis y que llevamos varios años difíciles y, repito, son unas becas con un importe excesivo, pero no sé. Solo espero que se puedan volver a sacar y que los que las hemos disfrutado, no perdamos el derecho a pedirla»
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