Consejos para afrontar las guardias médicas. Guía para futuros residentes.

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Consejos. Foto de Ann H
Consejos. Foto de Ann H

      Como todos los años, los nuevos médicos internos residentes empiezan una nueva etapa en su vida. Comenzar a ejercer como médicos, el sueño por el que llevan luchando durante tantos años, y que conlleva a partes iguales dosis de ilusión y de miedo. Por ello, con este artículo pretendo dar una serie de consejos a los futuros residentes que comienzan su camino en esta etapa de su vida, centrándome especialmente en consejos para afrontar una guardia.

      Cada guardia de una especialidad tiene su peculiaridad, pero si algo ocurre con todos los R1 es que realizan guardias de urgencias. Es en este punto donde quiero hacer un mayor énfasis, dada la generalización de este, pero que puede servir de guía para cualquier tipo de guardia de cualquier especialidad. Así, comienzo:

1) Realizar una buena historia clínica:

Es algo que seguro que todos hemos escuchado durante la carrera. Pero es tan importante que he de reseñarlo en primer lugar. Uno de los puntos importantes de cualquier R1 es saber hacer una buena historia clínica. Preguntar y orientar la historia en base a lo que penséis que tiene un paciente, y saber escribir todo tal cual lo hayáis escuchado o visto con la anamnesis y la exploración física para que cualquier compañero tenga la misma información que vosotros. Porque derivado de ahí, vendrá todo lo demás: pedir las pruebas complementarias pertinentes, y realizar un tratamiento adecuado al caso. A este respecto, os redirijo al artículo: https://www.casimedicos.com/como-realizar-una-historia-clinica/

2) Nunca estáis, ni os sintáis solos. Preguntad:

De R1 siempre tendréis un adjunto o un residente mayor al que le podáis preguntar todas las dudas. Siempre que tengáis alguna, no os dé miedo preguntar. Aunque os parezca una tontería, es mejor resolverla y generaros la confianza de que lo estáis haciendo bien, que quedarse con la inseguridad de algo que puede que esté mal hecho. Vosotros tenéis la responsabilidad de un paciente, pero no es una responsabilidad total. De R1 es una responsabilidad supervisada, y progresivamente con el paso de los años iréis adquiriendo más independencia y seguridad en lo que estáis haciendo, pero las primeras etapas son así, y todos pasamos por lo mismo. De los errores y lagunas en nuestro conocimiento también se aprende, y nunca os sintáis que sabéis menos que los demás o que os queda muchísimo por aprender. No os menospreciéis, porque sabéis más de lo que creéis. Lo que falta es experiencia y ver pacientes.

3) Tened una referencia bibliográfica:

Ya sea en modo de libro de bolsillo, una agenda con apuntes o una aplicación móvil. Tener una guía de diagnóstico o de tratamiento básica es importante, y hará que no os olvidéis de pedir determinadas pruebas o parámetros ante vuestra sospecha, o que pongáis un tratamiento adecuado con las dosis adecuadas. Cada uno tiene su método para tener apuntadas o localizadas cosas que se nos pueden olvidar a todos a lo largo de la residencia. Con el paso de los años y la práctica probablemente os lo sepáis de memoria y no tengáis que acudir tanto a ellos, pero al principio son tantas las cosas nuevas de las que hay que acordarse que tener una buena guía donde apoyarse es esencial.

4) Familiarizarse con el entorno: sistema informático e informes:

Especialmente en los primeros días, cuanto antes manejéis el programa informático del hospital, menos tardaréis en escribir, en hacer las peticiones, y más rápido haréis todo. Si para ello es necesario quedarse una tarde en el hospital para practicarlo, es un tiempo que no perderéis en valde y que os será muy útil en las primeras guardias. Si estáis en un lugar en la que se realiza peticiones en papel, lo mismo (cómo se rellena, los campos que tiene…). Lo mismo con el lugar, si es la primera vez que vais, preguntad dónde está todo y cómo funciona el lugar (a quien pedir las cosas, dónde están las cosas incluido el servicio, el comedor y las habitaciones).

5) Cuidad vuestra salud: Las guardias son largas.

Duran 24 horas. Hay días que serán buenos, y otros que no tanto. Por eso, es importante que no os desgastéis en las mismas de forma innecesaria y que cuidéis vuestra salud. Si en un momento de descanso podéis sentaros, aprovechad. Sentaos en buena posición. Comed alguna cosa, e hidrataos bien cuando podáis (podéis traer algo de casa que os guste para que se os haga más familiar, o bien comprar de una máquina). Usad un calzado cómodo que no os roce (esto os lo digo por experiencia de rozaduras incómodas). No abuséis de las lentillas. Usad unas medias compresivas si veis que las piernas se os cansan con el paso de las horas y las guardias. Mejor usar el ascensor que no estar subiendo y bajando escaleras todo el día. Por la tarde puede que la cosa esté tranquila, pero nunca sabes cómo puede ser la noche, por eso cuanto menos te desgastes, mejor. Por la noche, cuando partáis o podáis descansar, intentad relajaros y no pensar mucho en lo que lleváis en el día, y si podéis dormir mejor (aunque luego al levantaros por una llamada o porque os toque un turno al principio os sentiréis con un sueño tremendo, es inevitable). No se os olvide poner una alarma en vuestros móviles si tenéis que levantaros a una hora x.

6) Generar un buen ambiente:

Se trabaja mucho mejor en un entorno en el que todo el mundo se lleve bien, que en un ambiente enrarecido. Es una oportunidad de relacionaros con residentes, adjuntos, enfermeros, auxiliares, celadores… que puede que no hayáis tenido la oportunidad de conocer durante las mañanas, pero son personas con las que vais a estar muchas horas. Si en algún momento hay una discusión o una discrepancia, no perdáis la calma. Un ambiente tranquilo, relajado, donde no haya voces ni nervios innecesarios hará que se os haga menos larga una guardia que de lo contrario hará que estéis mirando constantemente al reloj.

7) Cada guardia es una oportunidad para aprender:

Si hay algún caso interesante, diferente, no os importe ir a verlo para aprender qué le puede pasar, qué le han puesto, qué han hecho con él. Sea paciente tuyo o no. Es una época en la que descubriréis muchas cosas, y todo lo que podáis aprender siempre estará bien. Incluso en algún momento de descanso, repasar conceptos básicos con tus compañeros de algo que se ha visto reforzará vuestro aprendizaje. Por ejemplo, yo con mis residentes pequeños aprovecho en cada guardia que tengo para hacer un repaso de cosas prácticas en pocos minutos (qué sueros hay y sus características, la dosis de heparina, cómo poner una perfusión de insulina…). Mantened la ilusión por lo que estáis haciendo, y absorbed conocimientos día a día.

8) El día antes y después de la guardia:

Descansar bien, especialmente por la noche, el día antes de la guardia es bueno para que rindáis a vuestro mejor nivel al día siguiente. Así mismo, después de salir de una guardia es beneficioso no realizar mucha actividad física o mental, y descansar lo que podáis para estar al día siguiente en el trabajo en las mejores condiciones posibles y no tener una sensación de fatiga permanente. Mi consejo es que os distraigáis y no penséis mucho en cosas relacionadas con el hospital: salir a dar un paseo, ver una peli, o leer un libro. Todo lo que signifique desconectar un poco del trabajo será beneficioso. Si os sentís con ánimo, siempre podéis hacer un repaso rápido de lo que has visto para reforzar los conocimientos, pero siempre que os sintáis con fuerza y nunca forzando el día de descanso de una guardia.

En conclusión,

los consejos que os acabo de mostrar son cosas que parecen básicas, pero que no siempre se realizan, y eso hace que una guardia se pueda hacer más llevadera. Desde mi experiencia, yo os puedo decir que al principio cada guardia que tenía se me hacía cuesta arriba. Hay incluso alguna amiga con la que me desahogaba (y sigo haciéndolo) en muchas guardias. Pero al final, como en todo, es ir aprendiendo a afrontar las situaciones y verlas desde otro punto de vista. Obviamente hay días que se me hacen más duros que otros (depende de lo complejo del día), pero en líneas generales no os miento si os digo que las estoy hasta disfrutando. Termino cansado, eso sí, pero disfruto con lo que hago, por lo que aprendo, y por pasar un buen rato en compañía de pacientes y de unos buenos profesionales que conozco más en cada guardia.

      Espero que os sirva de ayuda haber leído estos consejos, y que aprovechéis al máximo esta etapa de vuestra vida. ¡Mucho ánimo!

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