Mayte Lázaro, presidenta del sector de Especializada de CESM, se ha referido a que, siempre en opinión de participantes en la prueba, las preguntas que les presentaron eran “demasiado largas y complejas”. Para la doctora Lázaro, el resumen que se puede hacer es que “no fue una prueba en la que se evaluó el conocimiento que tuvieran los participantes, sino más bien su agilidad de lectura: con poco más de un minuto para responder a cada una, el tiempo apenas llegaba para leerlas y comprenderlas; el problema del examen fue de metodología: no sólo el contenido de las preguntas, sino su diseño, su elaboración”, ha dicho.
La representante del sindicato ha mostrado su enfado porque entiende que “cada año parece que se hacen las cosas peor: quienes recibieron el encargo de hacer las preguntas, no supieron adecuarlas a la duración del examen. Con tantos casos clínicos en éste, hay que valorar la reducción del número de preguntas del examen; este año, la complejidad fue excepcional”, ha añadido.
En muchos de los puntos de esta valoración ha coincidido Íñigo Noriega, presidente del CEEM, aunque éste ha aclarado que cuando se ha interesado por cómo fue el examen MIR ha recibido “impresiones muy variables, respuestas de todo tipo: para algunos hubo tiempo de sobras para hacer el examen, y otros sí se quejan de esa falta de tiempo. Sí es cierto que hemos recibido muchas quejas en referencia a que el examen fue especialmente denso y complicado”, ha dicho.
Noriega aclara también que el CEEM “ya había sido avisado (por parte del Ministerio de Sanidad) de que el examen tendría muchos casos prácticos y preguntas con imágenes. Y, como la intención del Ministerio parece ser la de mantener tanto las cinco horas de duración del examen como este tipo de preguntas más prácticas y con imágenes, nosotros ya les sugerimos que sería necesario reevaluar el número de preguntas del examen; creemos que el propio Ministerio tiene esta idea”.
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http://www.elmedicointeractivo.com/noticias_ext.php?idreg=28324