“Lo importante no es la dificultad del examen”, ha señalado a Redacción Médica el presidente de la Conferencia Nacional de Decanos de Facultades de Medicina, Ricardo Rigual, quien cree que lo verdaderamente importante es la capacidad ‘discriminativa’ de la prueba, que por otro lado perderá en unos años su objetivo de ordenar a los aspirantes, ya que se convertirá en selectiva.
Y esto se producirá cuando comiencen a graduarse los alumnos que entraron a las facultades tras la crecida del númerus clausus y de este modo, “exista un desacople entre la oferta MIR y la demanda”, asegura Ricardo Rigual.
El examen es un proceso ‘ordenatorio,’ y su efectividad radica en que sea capaz de distribuir correctamente a los estudiantes. Por esto, “tiene una importancia relativa” que el examen sea fácil o difícil, “lo importante es que sea discriminativo”.
En cuanto a la nota de corte, los decanos piensan que es aceptable la medida tomada por el Ministerio de Sanidad, aunque no se atreven a cuantificar cuál sería la nota ideal donde establecer el corte. Rigual señala que esta medida garantiza que accederán al sistema los médicos que posean unos conocimientos mínimos.
Preguntado por el papel de las facultades en la garantía de estos conocimientos mínimos, Rigual ha señalado que no todos los aspirantes al MIR salen de las universidades españolas, sino que hay “muchas convalidaciones” y médicos que se graduaron hace tiempo y abandonaron la profesión, de cuyos conocimientos no pueden dar garantía las facultades.
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